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La agresión hacia el personal de salud de atención médica es común durante la pandemia
La violencia verbal y física contra el personal de atención médica en Latinoamérica ha sido muy frecuente durante la pandemia de COVID-19, según una nueva encuesta.[1]
Después de ocurrido un evento de agresión o abuso, 56% del personal de salud consideró cambiar sus tareas de atención y más de un tercio consideró dejar su profesión.
“La agresión de cualquier tipo contra el personal de salud no es un fenómeno social nuevo, y ha existido en la literatura sobre medicina y atención médica. Sin embargo, el fenómeno de la agresión contra el personal de la salud durante la pandemia empeoró”, dijo a Medscape Noticias Médicas el autor principal del estudio, Dr. Adrian Baranchuk, profesor de medicina en la Queen’s University, en Ontario, Canadá.
El estudio se publicó en versión electrónica el 29 de junio en Current Problems in Cardiology.
Instantánea de la encuesta
El Dr. Baranchuk y sus colaboradores, con el apoyo de la Sociedad Interamericana de Cardiología (SIAC), desarrollaron una encuesta para caracterizar la frecuencia y los tipos de abuso que enfrentan los profesionales de la salud de primera línea. Invitaron a participar a profesionales de la salud de Latinoamérica que habían brindado atención desde marzo de 2020.
Entre enero y febrero de 2022, 3.544 participantes de 19 países respondieron la encuesta. Entre ellos, 70,8% eran profesionales de medicina, 16% profesionales de enfermería y 13,2% otros miembros del equipo de salud, como administrativos y técnicos. Alrededor de 58,5% eran mujeres y 74,7% brindaba atención directa a pacientes con COVID-19.
En general, 54,8% de los encuestados informaron actos de agresión. De este grupo, 95,6% informó abuso verbal, 11,1% informó abuso físico y 19,9% informó otros tipos de abuso, incluidas las microagresiones.
Alrededor de 13% de los encuestados informaron haber experimentado algún tipo de agresión diariamente, 26,4% experimentó abuso semanalmente y 38,8% informó violencia algunas veces al mes. Por lo general, los incidentes involucraron a los familiares de los pacientes o tanto a los pacientes como a sus familiares.
Casi la mitad de los que informaron abuso experimentaron síntomas psicosomáticos después del evento y 12% buscó atención psicológica.
El personal administrativo tenía 3,5 veces más probabilidades de sufrir abusos que otros trabajadores de la salud. Los profesionales médicos y de enfermería tenían el doble de probabilidades de sufrir abusos.
Además, las mujeres, el personal más joven y aquellos que trabajaron directamente con pacientes con COVID-19 tenían más probabilidades de denunciar abusos.
“Resultados impactantes”
El Dr. Baranchuk, oriundo de Argentina, dijo que inicialmente la gente celebraba a los médicos y enfermeras por mantener seguras a las comunidades. En varios países de Latinoamérica, por ejemplo, las personas encendieron velas, aplaudieron a ciertas horas y publicaron apoyo en las redes sociales. Sin embargo, a medida que cambiaron las políticas relacionadas con la pandemia, el personal de la salud enfrentó revueltas porque las personas se cansaron de usar mascarillas (cubrebocas o barbijos), mantener la distancia física y obedecer las restricciones en espacios públicos como clubes y restaurantes.
“Este cansancio por los cambios sociales creció, pero la gente no tenía un objetivo específico y, lenta y gradualmente, el personal de la salud se convirtió en el objetivo de la frustración y el odio”, dijo el Dr. Baranchuk. “En áreas del mundo donde la legislación es más flexible y menos estricta a la hora de acusar a las personas por un comportamiento deficiente o inaceptable hacia el personal de salud, la agresión y la microagresión se volvieron más frecuentes”.
“Los resultados que obtuvimos fueron más sorprendentes de lo que esperábamos”, dijo a Medscape Noticias Médicas el Dr. Sebastián García-Zamora, autor principal del estudio y jefe de la Unidad de Cuidados Coronarios de la Clínica Delta en Buenos Aires, Argentina.
El Dr. García-Zamora, también coordinador de la Comunidad Joven de la Sociedad Internacional de Electrocardiología, señaló el número particularmente alto de informes entre trabajadores de la salud jóvenes y mujeres.
“Lamentablemente, el personal de salud mujer jóven parece ser el más vulnerable a sufrir violencia, independientemente del trabajo que realicen en el sistema de salud. Notablemente, menos de 1 de cada 4 miembros del equipo de salud que sufrió violencia en el lugar de trabajo emprendió acciones legales con base en los hechos”.
El equipo de investigación ahora está realizando análisis adicionales sobre los diferentes tipos de agresión según el sexo, la región y la tarea realizada por el equipo de atención médica. Están tratando de entender quién es más vulnerable a los ataques físicos, así como las consecuencias.
“Lo más importante a destacar es que este problema existe, es más frecuente de lo que pensamos y solo podemos solucionarlo si nos involucramos todos”, reflexionó el Dr. García-Zamora.
“Falla sistemática completa”
El personal de salud en ciertas comunidades también enfrento más agresiones. En un estudio abierto de CMAJ, publicado en noviembre de 2021, los trabajadores de la salud asiáticos canadienses y asiáticos estadounidenses experimentaron discriminación, microagresiones raciales, amenazas de violencia y actos violentos durante la pandemia.[2] Las mujeres y los trabajadores de primera línea con contacto directo con los pacientes tenían más probabilidades de sufrir abusos verbales y físicos.
“Esto destaca que debemos continuar la lucha contra la misoginia, el racismo y la discriminación de los trabajadores de la salud”, dijo a Medscape Noticias Médicas el autor principal del estudio, Zhida Shang, estudiante de medicina de la McGill University en Montreal, Canadá.
“Como estamos logrando vivir con la pandemia de COVID-19, es importante estudiar nuestros éxitos y deficiencias. Sinceramente, creo que durante la pandemia, el tratamiento de varias comunidades racializadas, incluidos los asiático-estadounidenses y los asiático-canadienses, fue un completo fracaso sistemático. Es crucial continuar examinando, reflexionando y aprendiendo de estas lecciones para que haya resultados equitativos durante la próxima emergencia de salud pública”.
El estudio se realizó sin apoyo financiero. Los doctores Baranchuk, García-Zamora y el estudiante Shang han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
https://espanol.medscape.com/verarticulo/5909364#vp_1
Créditos: Comité científico Covid