Medical Health Cluster

3 noviembre, 2021

Nuevo estudio informa que fluvoxamina reduce la posibilidad de hospitalización por COVID-19

Desde el comienzo de la pandemia, los investigadores han estado probando el uso de medicamentos nuevos o con otras indicaciones (off-label) para el tratamiento de la COVID-19. La mayoría de estos fármacos se descartan por falta de eficacia o por efectos ínfimos contra la enfermedad, pero de vez en cuando destaca uno.

Este es el caso de fluvoxamina, utilizada durante décadas en el tratamiento de enfermedades psiquiátricas. Este inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS) y agonista del receptor sigma 1 ha mostrado resultados prometedores contra la COVID-19 en estudios pequeños. ;El 27 de octubre The Lancet Global Health publicó los resultados del primer gran ensayo clínico aleatorizado para evaluar su eficacia en pacientes ambulatorios con COVID-19 agudo.[1]

El estudio TOGETHER informó que la administración de fluvoxamina durante 10 días en pacientes con COVID-19 se asoció con una reducción del riesgo relativo de aparición del criterio de valoración principal del estudio: hospitalización, definida como estancia prolongada en el Servicio de Urgencias (> 6 horas) o necesidad de traslado a un hospital de tercer nivel para manejo de COVID-19. Según el estudio, se identificó una reducción de 32% en el riesgo relativo y de 5% en el riesgo absoluto del criterio de valoración principal, un dato clínicamente relevante.

Los investigadores reclutaron pacientes de 11 centros brasileños. Los participantes incluidos tenían una enfermedad aguda similar a la gripe y un resultado positivo para la infección por SARS-CoV-2, y con al menos un trastorno de progesión a alto riesgo de COVID-19 grave, como comorbilidades. Se excluyó a aquellos bajo tratamiento con un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina tratamiento previo de SARS-CoV-2 en el medio hospitalario y disnea secundaria a otra afección respiratoria crónica o infección. Los participantes recibieron el tratamiento estándar recomendado por el sistema de salud pública en sus ciudades.

De los 741 pacientes del grupo de fluvoxamina, 79 requirieron atención médica durante más de seis horas o fueron hospitalizados. En el grupo de control, 119 de los 756 participantes requirieron atención médica durante más de seis horas o fueron hospitalizados. Los participantes fueron seguidos durante 28 días.

Bajo la coordinación de investigadores canadienses y brasileños, el grupo del estudio que evaluó fluvoxamina también contó con la colaboración de investigadores de la University of Washington, en San Luis, Estados Unidos, donde se realizó un estudio previo más pequeño, con 152 pacientes, para evaluar la reducción de carga viral y mejoría de los síntomas de la gripe.

Un subgrupo en Brasil

En general, desde el comienzo del estudio TOGETHER, ha habido aproximadamente 3.200 pacientes en dos protocolos; el primero, ahora completado, estudió hidroxicloroquina, lopinavir y ritonavir, fármacos que demostraron ser ineficaces contra la COVID-19. Un segundo protocolo, que está en curso, incluye seis fármacos (metformina, ivermectina, fluvoxamina, doxazosina e interferón lambda). El protocolo en cuestión fue diseñado para evaluar la eficacia de la fluvoxamina en la prevención de la progresión de la COVID-19 moderada en pacientes ambulatorios y la consiguiente necesidad de hospitalización de estos pacientes.

“Otra pieza del rompecabezas”

El autor del editorial que acompaña al estudio, Dr. Otavio Berwanger, Ph. D., cardiólogo, investigador y director de la Organización de Investigación Académica del Hospital Israelita Albert Einstein (HIAE), destacó la importancia del trabajo: “Los nuevos resultados del estudio TOGETHER son un paso muy importante para comprender mejor el papel de esta molécula. Es otra pieza del rompecabezas”, dijo en una entrevista con Medscape en portugués.[2]

“Primero, es importante felicitar a los autores por haber realizado una investigación bien diseñada y bien realizada que involucró a investigadores canadienses y brasileños. Esto para mí es muy gratificante, porque demuestra la fuerza de la colaboración entre grupos académicos”, enfatizó el Dr. Berwanger. “Este trabajo también muestra que, incluso en una situación tan complicada como la que estamos viviendo en esta pandemia, es posible generar ciencia seria con los estudios clínicos correctos para dar respuesta a las preguntas”.

En el editorial, el Dr. Berwanger también planteó algunas preguntas. “La mayoría de las personas que ingresaron al estudio, incluso en el momento en que se realizó, no estaban vacunadas. ¿Fluvoxamina funcionaría de la misma manera en una persona vacunada que desarrolla COVID-19? Todo sugiere que sí, pero todavía no tenemos esa respuesta”, dijo el investigador a Medscape en portugués.

“Es el segundo estudio importante con esta molécula con un resultado favorable. Pero me gustaría ver más datos sobre los efectos sobre la hospitalización y la mortalidad, y también más datos sobre las personas vacunadas sin comorbilidades”, agregó.

Como el estudio se realizó antes de la propagación de la variante delta, también sería necesario investigar si los resultados serían similares. “Todo sugiere que no habría diferencia, porque es un tema antiinflamatorio, pero esto debe evaluarse”.

El Dr. Berwanger destacó que sería importante estudiar si el fármaco se puede asociar con terapias que ya han demostrado ser efectivas para reducir la hospitalización y la mortalidad entre pacientes ambulatorios, como el tratamiento mediante anticuerpos monoclonales, con resultados publicados en The New England Journal of Medicine. También citó medicamentos inhalados, como budesonida, que mostró eficacia en un estudio aleatorio publicado en The Lancet. “Se necesitan estudios para comprender cómo podemos combinar estas terapias. ¿Podemos usarlos todos juntos? ¿Es uno o el otro? ¿Cuál es la mejor dosis?”.

El especialista considera importante destacar que este no es un tratamiento profiláctico y que no debe utilizarse sin prescripción y supervisión médica. “No es para todos y puede ser una opción bajo la manga, pero como hay preguntas abiertas, tener más evidencia puede ser útil”.

En su opinión, es necesario comprender mejor el efecto sobre las hospitalizaciones aisladas y sobre la mortalidad. “Veo muchos más aspectos positivos que limitaciones en el estudio, pero necesitamos más evidencia. Si tuviéramos un resultado para ver el impacto conjunto sobre la hospitalización y la muerte, como se hizo con los anticuerpos monoclonales, el resultado sería inequívoco y obligatorio. Tal y como está hoy, fluvoxamina es una opción atractiva que se puede considerar, pero todavía tengo dudas y me gustaría tener más información al respecto”, concluyó.

https://espanol.medscape.com/verarticulo/5907970#vp_1


Créditos: Comité científico Covid

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