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Las hospitalizaciones por intoxicación alimentaria aumentan durante las olas de calor extremo
El cambio climático está aumentando la frecuencia e intensidad de las olas de calor extremo en toda Europa, constituyendo una seria amenaza para la salud pública. Numerosos estudios confirman la relación entre el calor excesivo y diversos problemas de salud. Por ejemplo, se ha observado un aumento de las hospitalizaciones por trastornos metabólicos y de la obesidad durante los meses de verano.[1]
El aumento de temperatura también influye en la tasa de reproducción de los microorganismos que provocan intoxicaciones alimentarias, lo que a su vez influye en el número de personas hospitalizadas por este motivo. A pesar de que existen varios estudios sobre el impacto del calor en este tipo de enfermedades, no hay prácticamente ninguno que cuantifique ese impacto utilizando un indicador de salud como los ingresos hospitalarios.
Para dimensionar este riesgo, investigadores de la Unidad de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) han registrado el número de hospitalizaciones asociadas a intoxicaciones bacterianas en la Comunidad de Madrid entre el 1 de enero de 2013 y el 31 de diciembre de 2018. Durante este periodo, también se midieron la temperatura y otras variables meteorológicas, además de la contaminación del aire. Los resultados de este estudio se publicaron en la revista Science of the Total Environment.[2]
Relación entre aumento de temperatura y porcentaje de riesgo
Los investigadores calcularon el valor umbral de la temperatura máxima diaria a partir del cual las hospitalizaciones aumentaban de manera estadísticamente significativa, comparando los datos anuales con los meses de verano. Según indican los resultados, con los datos que comprenden todos los días del año, el riesgo atribuible de aumento de ingresos hospitalarios urgentes es del 3,6 % por cada grado de aumento de la temperatura máxima diaria por encima de 12 °C. Sin embargo, si se consideran solo los meses de verano, por cada grado de aumento de la temperatura por encima de la temperatura umbral de definición de ola de calor (34 °C), el riesgo atribuible de ingresos hospitalarios urgentes aumenta a un 12,2 %. Esto es especialmente preocupante si tenemos en cuenta que cada verano en España se van batiendo récords de temperatura, con olas de calor que superan ampliamente los 34 °C.
“Hemos medido diferentes variables meteorológicas, incluida la humedad atmosférica, pero el factor realmente relevante resultó ser la temperatura” declaró a Univadis España la Dra. Maria Soledad Ascaso, investigadora de la Unidad de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente del ISCIII y primera firmante del estudio. Los investigadores eligieron la Comunidad de Madrid como área de estudio porque “es una región relativamente pequeña y que al mismo tiempo tiene mucha población y muchos ingresos, además de disponer de medidas meteorológicas muy precisas. Por lo tanto, es un buen piloto de lo que ocurre a nivel de país” detalló la investigadora del ISCIII.
Especies de bacteria incluidas en el estudio
Los investigadores acotaron las mediciones a las hospitalizaciones por las tres enfermedades intestinales de origen bacteriano con mayor incidencia en Europa: la salmonelosis, la campilobacteriosis (diarrea) y la infección por Escherichia coli. Estas tres bacterias se encuentran normalmente en el intestino de los animales, que actúan como reservorio. El ser humano se infecta al ingerir alimentos crudos o poco cocinados.
Según afirmó la Dra. Ascaso “todos los pasos de la conservación, envase, transporte y preparación de los alimentos tienen un riesgo potencial de contaminación por parte de las bacterias si no se toman las precauciones adecuadas. Además, a la hora de cocinar es importante no dejar demasiado tiempo la comida a temperatura ambiente. Después de sacarla de la nevera hay que cocinarla lo antes posible, porque si se la deja expuesta al calor los microbios se pueden multiplicar exponencialmente en poco tiempo”. Algo importante a tener en cuenta es que el riesgo de intoxicación alimentaria es mayor para las personas más vulnerables. “La población pediátrica, cuyas defensas se están todavía formando, son más sensibles a las intoxicaciones. Otras categorías de riesgo son los mayores y las personas que padecen enfermedades crónicas” continuó la investigadora.
Relevancia del estudio
Es la primera vez que se consigue medir los efectos del calor extremo con tanta precisión para esta tipología de enfermedades. Según detallaron los autores, el estudio proporciona una información muy valiosa al establecer unos valores de umbral de temperatura a partir de los cuales aumenta el riesgo atribuible de ingresos hospitalarios. Estos resultados pueden sentar las bases para la implementación de nuevas estrategias de prevención y detección temprana de los brotes de intoxicación alimentaria bacteriana, especialmente en los días más calurosos del año.
Ahora, el siguiente objetivo de los investigadores es extender este tipo de estudios a más especies de microorganismos y analizar su impacto en los ingresos hospitalarios por intoxicaciones alimentarias también en otras épocas del año. “Nuestro próximo paso será hacer un estudio similar a este, pero con virus y durante el invierno” concluyó la investigadora del ISCIII.
Fuente: https://espanol.medscape.com/s/verarticulo/5912941