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2 febrero, 2024

Individuos con ascendencia maya presentan una respuesta inmunitaria de inmunoglobulina G mayor que mestizos a vacunación contra el SARS-CoV-2

Las personas vacunadas de ascendencia maya tuvieron una respuesta inmunitaria de inmunoglobulina G mayor en comparación con los individuos sin esa ancestría prehispánica, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad Autónoma de Campeche (UAC), en Campeche, México.

De igual forma, las mujeres tuvieron una respuesta inmunitaria de inmunoglobulina G mayor que los hombres (p <0,05). Y, durante un periodo de 11 meses y después de recibir dos dosis de vacunas, 7% de las personas vacunadas informó una infección positiva confirmada y luego de la tercera dosis se detectó una respuesta inmunitaria de inmunoglobulina G más alta en comparación con quienes recibieron dos dosis o tuvieron infección de manera natural.

El estudio, publicado como carta al editor en Salud Pública de México, incluyó a 118 personas (de ascendencia maya y mestiza, así como no maya) que completaron dos dosis de la vacunación contra el SARS-CoV-2 y estudió la respuesta inmunitaria a la vacunación y la reinfección tras el surgimiento de la variante ómicron.

La respuesta inmunitaria a patógenos (incluidos los coronavirus) está influida por los haplotipos HLA. La población maya, grupo étnico predominante en la Península de Yucatán, presenta una frecuencia de alelos HLA-G*01:01:02, HLA-G*01:01:01, HLA-G*01:04:01, HLA-A*68 que no se ha encontrado en otros grupos indígenas. El conocer la manera en que dichas variaciones genéticas influyen en la respuesta a la vacunación entre estos grupos poblacionales es relevante para la salud pública.

Se aplicó una encuesta epidemiológica para evaluar reinfección, comorbilidades, variantes del virus, gravedad de la enfermedad, desenlaces, resultados clínicos, sexo, edad, grupo étnico y dosis de vacunación recibidas.

Para el análisis de datos se empleó regresión logística múltiple y análisis de correspondencia, así como pruebas de asociación.

Además de las diferencias en la respuesta inmunitaria de inmunoglobulina G se observó una tasa de reinfección de 23,7% en las personas que recibieron la tercera dosis de vacunación, lo que representa casi tres veces la tasa de reinfección informada cuando se compara con terceras dosis de vacunación previas. Este aumento se asoció con la circulación de la variante ómicron en 71,5%.

También se encontró una fuerte asociación entre síntomas menos graves con las variantes alfa y ómicron.

Los individuos con síntomas graves o que requirieron hospitalización se asociaron con múltiples comorbilidades y con las variantes gamma del SARS-CoV-2.

En el estudio, aquellos pacientes que tuvieron infección con las variantes beta y delta del SARS-CoV-2 presentaron con más frecuencia síntomas digestivos y respiratorios, mientras que aquellos que se infectaron con la variante ómicron presentaron síntomas digestivos y articulares. La variante gamma mostró síntomas más extensos y variados.

Las conclusiones de este estudio sugieren que el legado genético y el sexo influyen en la respuesta a la vacunación contra el SARS-CoV-2 y que los individuos con ascendencia maya tienen una respuesta inmunitaria de inmunoglobulina G más alta a la vacunación que los mestizos.


Fuente: https://espanol.medscape.com/verarticulo/5911979?src=

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