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Secuelas de la COVID-19 en pacientes oncológicos vacunados frente a no vacunados
La infección por el SARS-CoV-2 puede dejar secuelas hasta en 15% de los pacientes con cáncer que sobreviven a la COVID-19.
Una nueva investigación europea con participación española, publicada en The Lancet Oncology, evaluó el impacto de la vacunación contra la COVID-19 en pacientes oncológicos durante la última ola de la variante ómicron, en comparación con otras fases de la pandemia. Los resultados confirman el papel de la inmunización previa como medida eficaz para proteger a los pacientes de las secuelas de la COVID-19, la interrupción del tratamiento y la consiguiente mortalidad.
Los investigadores utilizaron datos de OnCovid, registro activo que incluye pacientes de edades iguales o mayores a 18 años de 37 instituciones de Bélgica, Francia, Alemania, Italia, España y el Reino Unido con un diagnóstico de COVID-19 confirmado por laboratorio y antecedentes de neoplasia maligna sólida o hematológica, activa o en remisión, con seguimiento desde el diagnóstico de COVID-19 hasta el fallecimiento.
Los investigadores evaluaron la presencia de secuelas de la COVID-19 en pacientes que habían sobrevivido a la enfermedad. La infección se clasificó según la fecha de diagnóstico como: fase ómicron (del 15 de diciembre de 2021 al 31 de enero de 2022), alfa-delta (del 1 de diciembre de 2020 al 14 de diciembre de 2021) y una fase previa a la vacunación del 27 de febrero al 30 de noviembre de 2020. Se comparó la prevalencia de las secuelas generales (definido como presencia de síntomas entre 4 y 12 semanas después la infección) de la COVID-19 según el estado de inmunización contra el SARS-CoV-2, la sobrevida posterior a la COVID-19 y la reanudación de la terapia sistémica contra el cáncer.
Finalmente se analizaron datos 1.909 pacientes elegibles, evaluados después de una mediana de 39 días (rango intercuartil [IQR]: 24 a 68) desde el diagnóstico de COVID-19 (50,7% mujeres y 49,3% hombres).
Secuelas de la COVID-19
En total, 317 (16,6%; intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 14,8 a 18,5) de 1.909 pacientes presentaban al menos una secuela en la primera reevaluación oncológica: con secuelas respiratorias (9%), fatiga prolongada (7%), pérdida de peso (1,6%), secuelas neurocognitivas (2,9%) y otras disfunciones orgánicas (1,3%).
La prevalencia de secuelas fue mayor en la fase de prevacunación (191 [19,1%; IC 95%: 16,4 a 22,0] de 1.000 pacientes), siendo similar en la fase alfa-delta (110 [16,8%; 13,8 a 20,3] de 653 pacientes; p = 0,24), pero significativamente menor en la fase ómicron (16 [6,2%; 3,5 a 10,2] de 256 pacientes; p < 0,0001).
Vacunación previa y desarrollo de secuelas
En la fase alfa-delta 84 (18,3%; IC 95%: 14,6 a 22,7) de 458 pacientes no vacunados y 3 (9,4%; 1,9 a 27,3) de 32 pacientes no vacunados en la fase ómicron tuvieron secuelas. Los pacientes que recibieron una dosis de refuerzo y los que recibieron dos dosis de vacuna tuvieron una prevalencia significativamente menor de secuelas que los pacientes no vacunados o parcialmente vacunados:
- Generales: 10 (7,4%; IC 95%: 3,5 a 13,5) de 136 pacientes con dosis de refuerzo, 18 (9,8%; IC 95%: 5,8 a 15,5) de 183 pacientes que recibieron dos dosis de vacuna frente a 277 (18,5%; IC 95%: 16,5 a 20,9) de 1.489 pacientes no vacunados (p = 0,0001).
- Secuelas respiratorias: 6 (4,4%; IC 95%: 1,6 a 9,6) de 136 con dosis de refuerzo, 11 (6,0%; IC 95%: 3,0 a 10,7) de 183 con dos dosis frente a 148 (9,9%; IC 95%: 8,4 a 11,6) de 1.489 no vacunados; p = 0,030).
- Fatiga prolongada: 3 (2,2%; IC 95%: 0,1 a 6,4) de 236 con dosis de refuerzo, 10 (5,4%; IC 95%: 2,6 a 10,0) de 183 con dos dosis frente a 115 (7,7%; IC 95%: 6,3 a 9,3) de 1,489 no vacunados (p = 0,037).
Conclusiones
Los autores del estudio concluyen señalando que “los pacientes con cáncer no vacunados siguen siendo muy vulnerables a las secuelas de la COVID-19, independientemente de la variante. Este estudio confirma el papel de la inmunización previa contra el SARS-CoV-2 como medida eficaz para proteger a los pacientes de las secuelas de COVID-19, la interrupción del tratamiento y la consiguiente mortalidad”.
Fuente: https://espanol.medscape.com/verarticulo/5910642#vp_1